Movimiento Teresiano Apostólico

Movimiento Teresiano Apostólico

MTA

El Movimiento Teresiano Apostólico tiene su origen en la espiritualidad y el apostolado de San Enrique de Ossó, que, en España, en el siglo XIX, supo leer los signos de los tiempos y comprendió la importancia de los laicos en la vida de la Iglesia. Así pues, fundó asociaciones para ayudar a los fieles a vivir sus compromisos bautismales en su propio ambiente, según el espíritu de Santa Teresa de Jesús: la Archicofradía de las Hijas de María Inmaculada y Teresa de Jesús, en 1873; la Hermandad Josefina para los hombres y el Rebañito del Niño Jesús, para los niños, en 1876. .

Identidad
El Movimiento forja su identidad de la enseñanza de Enrique de Ossó y Teresa de Jesús. De ellos aprenden a ser y estar en el mundo y en la Iglesia, a leer el Evangelio, a relacionarse personalmente con Jesús y con las personas, a mirar la realidad y a responder a sus grandes desafíos. Participa en el carisma de la Compañía de Santa Teresa de Jesús.
Estructura
El Movimiento está dirigido por un equipo intercontinental formado, durante un período de seis años, por los coordinadores y coordinadoras de los equipos continentales, otro miembro del mismo equipo y una delegada de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Los equipos continentales coordinan el trabajo de los equipos nacionales, que son responsables de la organización y animación de las comunidades del Movimiento presentes en el territorio del país.