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Beatas María del Niño Jesús Baldillou y Bullit y cuatro compañeras, vírgenes y mártires

8 de agosto

María Baldillou Bullit nació en Balaguer (Lleida) el 6 de febrero de 1905 e hizo su profesión religiosa el 18 de abril de 1927. Destinada al Colegio de Valencia fue un modelo de vida, totalmente entregada al Señor en la sencillez y alegría de su cotidiana ocupación.

Presentación Gallén Martí nació el día 21 de septiembre de 1872 en Morella (Castellón) e ingresó en el noviciado escolapio el 7 de julio de 1890. Desde 1899 vivió en el Colegio de las Escolapias, de la calle San Vicente 122 de Valencia, hasta julio de 1936. Durante treinta y siete años ejerció un intenso apostolado calasancio entre niñas de esta ciudad.

María Luisa Girón Romera era natural de Bujalance (Córdoba), donde nació el 25 de agosto de 1887 e hizo los votos religiosos el 31 de marzo de 1918, siendo destinada al Colegio de Valencia. Entre los años 1920 y 1934 estuvo en Cuba, desde donde volvió a Valencia, estando entregada siempre de lleno a su actividad pedagógica y apostólica entre las alumnas.

Nazaria Gómez Lezaun nació en Eulz (Navarra) y profesó en la Congregación escolapia el día 8 de septiembre de 1895. Encargada de la portería del Colegio de Valencia durante 41 años, vivía intensamente la vida escolapia y hermanaba el trabajo y la oración con gozo y afabilidad.

Antonia Riba Mestres nació en Igualada (Barcelona) el día 8 de octubre de 1893 y emitió los votos religiosos el 31 de mayo de 1919. Tras una breve estancia en Zaragoza, fue destinada a Valencia, donde vivió intensamente el apostolado escolapio entre las alumnas.

Estas cinco escolapias, dada la situación persecutoria religiosa reinante en Valencia, el 22 de julio de 1936, se ausentaron del Colegio y buscaron refugio en un piso de la calle San Vicente, propiedad del chófer del Colegio. Allí pasaron días calamitosos. El día 8 de agosto de 1936, a las cinco de la mañana fue asaltada la vivienda. Les dijeron que habían sido denunciadas y que debían declarar en el gobierno civil. Un coche les esperaba a la puerta, pero conducidas a la playa del Saler de Valencia, recibieron la palma del martirio y sellaron con su sangre su vida de fidelidad a Jesucristo. Sus restos mortales descansan en la cripta del Colegio de Escolapias de Valencia. Fueron beatificadas con los demás mártires de la Guerra Civil en valencia, en 2001.