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Beato Lucien Botovasoa, mártir

14 de abril

Lucien Botovasoa nació en 1908 en Vohipeno, un municipio rural en el sureste de Madagascar, en la Provincia de Fianarantsoa.

Realizó gran parte de sus estudios con los Jesuitas, hasta 1928, en que recibe la habilitación para enseñar, y comienza a trabajar en la escuela parroquial de su pueblo. Dos años más tarde se casa con Suzanne Soazana, con la que tendrá ocho hijos (de los que sobrevivieron solo cinco).

Ejerce como maestro, pero además vive una vida de compromiso cristiano en la parroquia. Además del malgacho conoce bien varios idiomas: francés, latín, inglés, alemán, chino. Es brillante músico y cantante apreciado, convirtiéndose en responsable del coro parroquial, generoso y disponible con los pobres. También es un atleta, y es descrito siempre como sonriente y alegre.

En 1940, el Siervo de Dios se encuentra con la Regla de la Tercera Orden Franciscana que se convierte en su texto de estudio y meditación, hasta determinarlo a tomar este camino en el seguimiento de Cristo. Viste el hábito de la Tercera Orden Franciscana el 8 de diciembre de 1944. Así comenzó a llevar una vida de pobreza, en la espiritualidad franciscana, caracterizada por una profunda piedad y un ardiente deseo de difundir el Evangelio por todas partes.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en los años 1946-1947, crece en Madagascar el deseo de la independencia de Francia. En ese tiempo, en la región en la que vive el Siervo de Dios en 1946, Tsimihoño se propclamó rey (Mpanjaka) del Clan de Ambohimanarivo, un partidario de los grupos independentistas. Incluso en Vohipeno el choque entre las dos facciones opuestas genera actos de violencia. El 30 de marzo de 1947, Domingo de Ramos, las iglesias fueron quemadas y comenzó la cacería a los cristianos.

El Rey Tsimihoño, teniendo en cuenta el respeto que la gente Vohipeno, católicos y no católicos, tenían por el "maestro cristiano" Lucien Botovasoa, planeó capturarlo haciéndolo volver al pueblo y amenazándolo, si no obedece sus órdenes, de masacrar toda su familia. El Siervo de Dios consciente de lo que estaba ocurriendo, confió su esposa y sus hijos a su hermano y regresó a Vohipieno. A eso de las 21 del 17 de abril de 1947 su hermano André y dos de sus sobrinos, bajo la amenaza de muerte, fueron los encargados de detenerlo. Conducido a la casa del rey Tsimihoño, sin un juicio formal, fue condenado a muerte. Cuando llegó al lugar de la ejecución se arrodilló y fue decapitado mientras oraba por sus asesinos. El cuerpo fue arrojado al río.