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San Alejandro de Fiésole, obispo y mártir

6 de junio

Nació en Fiesole en el seno de una noble familia, y desde su juventud estuvo al servicio de la catedral, de la que fue nombrado archidiácono por el obispo Leto. A la muerte de Leto, fue elegido obispo de su ciudad, entronizado y trasladado a Roma para recibir la consagración episcopal de manos del Papa. De regreso a Fiesole, comenzó su ministerio con gran celo, pero en medio de grandes dificultades.

La iglesia de Fiesole, que ya había sufrido expolios y ruinas en el pasado, sufría entonces los abusos de los señores feudales del lugar, que la habían despojado de todos sus bienes, reduciéndola a la más absoluta pobreza. Para remediar tantos males, en 823 Alejandro fue a Pavía a ver al emperador Lotario, quien lo acogió con benevolencia y, atendiendo a sus peticiones, le confirmó a él y a sus sucesores los bienes injustamente arrebatados y, con magnánima benevolencia, les concedió también la posesión del castrum de Fiesole y el de Monteloro en Val di Sieci. Los señores de Fiesole, al enterarse de esto, fueron a su encuentro con el pretexto de felicitarlo: le esperaron a orillas del Reno, cerca de Bolonia, y allí, pretendiendo ayudarle a cruzar el río, le arrojaron a los remolinos de la corriente, donde murió. Era el 6 de junio.

Su cadáver fue trasladado a Fiesole para ser enterrado en la catedral, que entonces se encontraba fuera de la ciudad, al pie de la colina, pero, por inspiración divina, fue llevado dentro de los muros de la fortaleza e inhumado en la única iglesia existente allí, dedicada a San Pedro en Jerusalén, construida sobre las ruinas del templo pagano de los "Augures". Poco después, unos buscadores de oro en los sótanos de la iglesia, contra la voluntad de su sucesor, el obispo Romano, profanaron su tumba, de la que el cuerpo de Alejandro emanaba destellos tan brillantes que huyeron corriendo y murieron de espanto y terror.

Por la santidad de su vida, por la nobleza de la causa por la que murió y por los milagros realizados después de su muerte, Alejandro fue honrado por los fieles como santo y como mártir, y la iglesia, decorada con el título de basílica, donde descansaba su cuerpo, le fue dedicada. Sus huesos, el 25 de marzo de 1580, fueron encerrados en un valioso sarcófago de mármol, en el que aún reposan, encargado por el obispo Francesco Cattani da Diacceto. En su honor se fundó la iglesia parroquial (hoy prebostazgo) de Incisa, en Val d'Arno. Fiesole celebra su fiesta el 6 de junio, día en que se le recuerda en el Martirologio Romano. Una imagen suya se encuentra en la catedral de Fiesole, en un tríptico de Bicci di Lorenzo, del siglo XIV, donde aparece representado a la izquierda, con sus ornamentos episcopales y la palma del martirio en la mano.

Traducido para ETF de un artículo de Giuseppe Raspini en Enciclopedia dei Santi, que tomamos de Santi e Beati.