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Santos Francisco Gil de Féderich y Mateo Alonso de Leciniana, presbíteros y mártires

Leziniana, Leciñana

Francisco Gil Féderich de Sans nació en Tortosa, España, en 1702; ingresó al noviciado dominico con tan solo 15 años, en el convento de Villa de Exemplo, y emitió la profesión solemne en el convento barcelonés de Santa Catalina. Abrigaba ya desde muy joven el deseo de dedicarse a las misiones, por lo que en 1724, cuando aun era un estudiante de teología en Orihuela, pidió unirse a los misioneros dominicos de las Filipinas. Obtiene el permiso en 1730, 3 años después de su ordenación presbiteral. Y así parte con otros 24 compañeros, entre los que se encontraba san Mateo Alonso.

Mateo Alonso de Leciñana y Alonso había nacido también en España, e igualmente en 1702, en Navas del rey, Valladolid. Entró en el convento de la Santa Cruz, en Segovia, y emitió los votos en 1723. Luego de los estudios literarios, teológicos, y la odernación sacerdotal, fue enviado a la misión tal como había ido madurando en el silencio del claustro. Zarpó, como ya se ha dicho, en 1730, junto con Francisco Gil y 23 compañeros más.

El P. Francisco fue encarcelado en 1737, y pasó en prisión los siguientes 8 años, en los cuales continuó realizando su labor apostólica: predicando, convirtiendo presos, reconciliando pecadores, consolando y confortando a los cristianos perseguidos. El P. Mateo, en cambio, pudo mantenerse fuera de la cárcel, fugitivo durante trece años, pero ejerciendo su ministerio sacerdotal entre la comunidad perseguida. En 1744 se encontraban presos, pero aun no habían sido condenados a muerte; en todo ese tiempo tuvieron muchas ocasiones de responder acerca de la doctrina y el culto cristinao, así como explicar y catequizar, verdaderamente "a tiempo y destiempo". Sin embargo, el soberano Trinh Doanh, temiendo un enojo de las deidades por no dar solución definitiva al problema de los misioneros cristianos, finalmente los condenó a la decapitación, que se cumplió el 22 de enero de 1745. 

Fueron ellos los primeros mártires de la persecución en Vietnam, sin embargo, no fue ésta aun la mayor persecución, que se vivió algunas décadas más tarde. Los dos dominicos fueron beatificados por Pío X en 1906 y canonizados por Juan Pablo II el 19 de junio de 1988 en la ceremonia de los 117 mártires de la persecución en Vietnam, cuya grupo se lo refiere encabezado por san Andrés Dung Lac. 

Datos entresacados de Santi e beati y Hagiography Circle.