Oración de San Agustín

¡Oh, Amor! que arde siempre Y no se apaga nunca. ¡Oh, Amor! ¡Oh, Dios mío! Enciéndeme, dame lo que mandas y manda lo que quieras. Tarde te amé hermosura, Antigua y nueva. Mucho te busqué Pero fuera de mi Y en mi ser habitabas. Estabas en mí Pero yo con Vos no estaba. Y me buscaste, Derramaste Tu ser En mi alma. ¡Oh, Amor! que arde siempre Y no se apaga nunca. ¡Oh, Amor! ¡Oh, Dios mío! Enciéndeme, dame lo que mandas y manda lo que quieras.