Cristo Jesús
Cristo Jesús, oh fuego que abrasa,
que las tinieblas en mí no tengan voz;
Cristo Jesús, disipa mis sombras.
Y que en mí sólo hab--le tu amor.
Solista:
Señor, tú me sondeas y me conoces,
me conoces cuando me siento y me levanto.
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu mano.
Si digo "que la tiniebla me cubra",
la tiniebla no es oscura para ti.
La noche es clara, clara como el día.
Dios mío, sondéame
para conocer mi corazón,
guíame por el camino eterno.