El que muere por mí
Todo empezó en una cruz,
donde un hombre murió y un Dios se entregó.
Silenciosa, la muerte llegó,
extinguiendo la luz, que en un grito se ahogó.
Viendo su faz de dolor,
una madre lloró y su amigo calló.
Pero, siendo una entrega de amor,
su camino siguió y en algún otro lado
una luz se encendió.
Siendo hombre, amigo, esclavo y maestro,
siendo carga pesada, profesor y aprendiz,
entregó hasta su cuerpo en el pan y en la vid.
Desde entonces lo he visto caminar a mi lado
a ese Dios que se humilla y muere por mí.
Es la barca en mi playa, el ruido del silencio,
que se acerca a su hijo y me abraza feliz,
que se acerca a su hijo y me abraza feliz.
Viendo un humilde calvario,
con rostro cansado soporta la cruz.
Y al verme rezando a sus pies,
se olvida de Él, me toma en sus brazos
y me acoge otra vez.
Siendo fuego, paloma, el agua y el viento.
Siendo niño inocente, un Padre y pastor.
Hoy acepta mi ofrenda, es mi vida, Señor.
ESTRIBILLO
Y si ahora yo acepto esa cruz,
fue por esa persona, ese Dios,
fue por Cristo, Jesús.
ESTRIBILLO X2