Dulce muchacha humilde de Palestina,
a vos, pa' ser su Madre, Dios te eligió.
Y cuando desde el cielo te mandó un ángel
para pedir tu consentimiento
vos le dijiste: "Tu esclava soy".
Por eso voy a darte mi corazón
y cantando repetiré tu nombre,
María de Nazaret.
Fue tu materna espera luz de esperanza
hasta que el gurisito nació en Belén.
Y vinieron los pobres y peregrinos
para adorarlo, y Él sonreía.
Dios con nosotros, el Emmanuel.