Levanto mi mano para decirte que aquí estoy, aquí estoy. Te ofrezco mi otra mano para que la tomes fuerte, cuando necesites, cuando necesites. Te abrazo muy fuerte con todo mi corazón, tú me dirás esto no es posible hoy. Es Dios quien nos une, Él está en ti, Él está en mí, y a través de cada uno Él nos brinda su amor, su gran amor. Cierra bien los ojos, verás que lo podrás sentir en su gran inmensidad; ya no estarás solo, Él está en tu corazón. No tiene fronteras, nada lo puede detener, está en todos lados, en todo lugar y en todo tiempo. No tengas miedo, no te dejes vencer. Aunque haya oscuridad, sólo debes confiar y tu luz siempre brillará. Levanto mi mano para decirte que aquí estoy, aquí estoy.