Salmo 21 - Domingo de Ramos

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Los que me ven se burlan de mí, hacen una mueca y mueven la cabeza: "Confió en el Señor, que Él lo libre; que lo salve, si lo quiere tanto". Me rodea una jauría de perros, me asalta una banda de malhechores; taladran mis manos y mis pies. Yo puedo contar todos mis huesos. Se reparten entre sí mis ropas y sortean mi túnica. Pero Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven pronto a socorrerme. Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea: "Alábenlo, los que temen al Señor; glorifíquenlo, hijos de Israel".