El Pastor

En busca de hierbas más frescas y dulces corrí del rebaño, dejé atrás al pastor. Ya se hizo de noche, que oscura mi alma, Me acechan las fieras y sombras del terror. El pastor me vio partir, y por una sola oveja el se decidió a venir. El me alzó cuando caí, y a pesar de mis heridas, supe que estando en sus hombros soy feliz. Recorres mi senda, difícil, confusa, qué suaves tus manos, y claro tu clamor. Señor poderoso, riqueza infinita, me muestras tu gloria, llenándome de amor.