Siervo está aquí, a quien sostengo,
mi elegido en quien yo me complazco.
Espíritu en Él está puesto,
ha de traer justicia a las naciones.
No clamará, no gritará,
ni alzará en las calles su voz.
No romperá la caña quebrada
ni apagará la mecha que aún arde.
Yo, el Señor, te llamé,
yo te formé y te tomé de la mano,
te destiné para que unas a un pueblo,
serás alianza y luz para los hombres.
Me anunciarás a los pobres,
has de sanar el corazón herido,
libertarás a los desterrados
y los cautivos a la luz volverán.
Siervo está aquí, a quien sostengo.