¡-rriba nuestros ramos, can--tando al Señor,
a----rriba nuestros ramos, can---tando al Señor!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Je--sús, nuestra esperanza, Je---sús liberador!
Era un domingo, allá en Je---rusalén,
cuando en un burrito Jesús entra a padecer.
Todo el pueblo humilde lo salió a reci--bir,
y con entusiasmo comenzaron a decir:
Pero el mejor canto que Jesús quiso escuchar
fue el canto puro de los niños del lugar.
Ellos saludaban a Jesús Liberador.
Cristo, el esperado de los pobres del Señor.
Hoy también nosotros te queremos recibir,
y por tu camino serte fieles hasta el fin.
Cristo, nos conduces hacia el Reino de la luz:
marcas nuestra huella con la sangre de tu cruz.
Llegan ya los días de la Pascua del Señor:
Cristo con su muerte nos da vida y salvación.
Juntos revivamos el misterio de la cruz
y compartiremos el gran triunfo de Jesús.