Venimos hoy a buscar
el Pan que da nueva vida
y que sana las heridas
que nuestras miserias dan;
para poder caminar
con el corazón contento
y este claro sentimiento
de amor hacia los demás.
Abramos el corazón,
brindemos amor profundo,
que los hombres de este mundo
son todos hijos de Dios;
porque quien no brinda hoy
a otro hermano su techo
con Cristo no lo habrá hecho,
claramente lo anunció.
Alcemos la voz por esta hermandad
brindemos amor, vivamos en paz
que se ha de agrandar la gloria de Dios
siendo hermanos en el amor.
Donde haya pena y dolor
sembremos flor de esperanza
porque su gracia nos manda,
sublime rayo de sol.
Aquél que abrigue rencor
que perdone a sus hermanos
para que Dios, con su mano
le mande su bendición.
Este mundo pecador
valora solo la ciencia;
pero tal vez su conciencia
tiene gran hambre de Dios.
Por eso es que esta canción
nos invita a la aventura:
¡rompamos las ataduras
glorificando al Señor!