El Diario De Maria

Te miro a los ojos y entre tanto llanto parece mentira que te hayan clavado. Que seas el pequeño al que he acunado y que se dormía tan pronto en mis brazos. El que se reía al mirar el cielo y cuando rezaba se ponia serio. Sobre este madero veo a aquel pequeño que entre los doctores hablaba en el templo que cuando pregunté respondió con calma que de los asuntos de Dios se encargaba. Ese mismo niño el que está en la cruz el Rey de los hombres le llaman Jesús. Ese mismo hombre ya no era un niño cuando en esa boda le pedí más vino que dio de comer a un millar de gente y a pobres y a enfermos los miró de frente rió con aquellos a quienes más quiso y lloró en silencio al morir su amigo. Ya cae la tarde, se cubren los cielos pronto volverás a tu Padre eterno duérmete pequeño, duérmete mi niño que yo te entregado todo mi cariño como en Nazareth aquella mañana "He aquí tu sierva, he aquí tu esclava"