¡Sólo Dios! ¡Sólo Dios!
En tus atrios, Señor, quiero estar;
Tú, mi tesoro y porción, mi delicia, Señor;
mi fortaleza, mi vida, mi Dios y mi todo.
Alma mía, no busques nada más;
para ti basta Dios, y solo Dios.
¡Sólo Dios! ¡Sólo Dios!
En tus atrios, Señor, quiero estar;
Tú, mi tesoro y porción, mi delicia, Señor;
mi fortaleza, mi vida, mi Dios y mi todo.
Alma mía, no busques nada más;
para ti basta Dios, y solo Dios.