Me quedé sin voz, con que cantar
y mi alma vacía, dormía en sequedad.
Y pensé para mí,
me pondré en sus manos
manos de Madre,
descansaré en su amor.
Y tú, María,
hazme música de Dios
Y tú, María,
anima tú las cuerdas
de mi alma,
ale luya,
amén.
María acompaña mi caminar
pues solo no puedo,
ayúdame a andar.
Y pensé para mí,
me pondré en sus manos
manos de Madre,
descansaré en su amor.