A la mesa del Señor
la mesa del Señor
está invitado el santo y el pecador,
para compartir su pan y beber del mismo vino,
recibir el sacrificio y darse la paz.
Los publicanos, recaudadores,
niños y ancianos, pobres y acreedores;
Marta y María, también Zaqueo,
samaritanos junto a fariseos.
Quienes lo siguen y quien lo traiciona,
el hombre justo y quien lo abandona;
el que moja el pan y el que apoya su cabeza,
todos sus hijos cabemos en su mesa.
Guárdame un lugar en tu mesa, Señor,
mi alma necesita a tu lado estar.
Guárdame un lugar aunque no lo merezca,
te lo imploro dame el pan de eternidad.
Aunque sea recogeré las migas que se caen,
y como los perros habré saciado toda mi hambre.
Creo y Veo que
la mesa del Señor
está invitado el santo y el pecador,
para compartir su pan y beber del mismo vino,
recibir el sacrificio y darse la paz.