En medio de la inquietud
una voz me llamó.
Y al silencio
del desierto me invitó.
Y ahí Dios me habló al corazón,
dijo mi nombre claramente.}
Acá estoy, Señor, porque me llamaste,
que sepa escucharte.
Mostrame tus caminos,
guiame en los senderos,
que sienta tu presencia
en medio del silencio.
En vos confío, Dios mío,
que no sea confundido.
Guiame en la verdad,
que pueda tu amor vivenciar.
Tus caminos son de amor y fidelidad,
que mi alma se alegre para siempre,
que cante tu grandeza con todo el corazón
y anuncie tu salvación.