Ha llegado ya la hora de mayor debilidad
Siento angustia, siento miedo, una tristeza mortal
Como un pájaro sin cielo, mi alma clama en soledad
pasado y mi futuro, son presente nada más
Te entrego mi Dios, todo lo que soy
En tus manos encomiendo mi espíritu, Señor
Desde siempre y para siempre, de mi vida sos Señor
Yo soy obra de tus manos, mírame con compasión
Que tu voluntad se prevalezca sobre mi fragilidad
Cumplí en mí tu plan divino, sé que jamás me abandonás
Aquí estoy, Señor, postrada a tus pies
Dios Amor, Madre Entrañable, de quien procede todo bien.
No importa que hoy no pueda entender
Pues mi corazón confía porque te amo Dios Fiel.