Creemos en el Dios que ama a los jóvenes
Creemos en el Dios que ama a los Jóvenes.
Creemos en el Dios que ama a los Jóvenes.
Porque es un amor especial, un amor de predilección, su mirada es tan paternal
tan gozosa el verlo crecer. Siento cómo quiere abrazar el alma de cada uno ya,
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cómo quiere a cada joven alcanzar.
Sigo al Cristo que pide hoy, dejen que ellos vengan a mí, entre ellos él quiere estar,
muy a gusto se siente allí. Y yo estoy también por ahí, a ese encuentro me asomo feliz,
Cristo y los jóvenes son mi lugar.
Ese amor hasta en el peor, y más turbio mundo interior, busca y siempre sabe encontrar,
fondos de inocencia y de luz. Territorio virgen, quizás, que semilla buena espera aún,
y el sudor amigo de algún sembrador.
Un amor que da libertad, y al rebelde aún quiere amar, y que atrae con suavidad,
y al ajeno sabe esperar. Agridulce es la libertad, los hijos la aprenden con dolor,
y el Padre es paciente y es educador.