Queremos ser una Iglesia
servidora del Señor,
Jesús el Dios hecho hombre
el profeta, el servidor.
Una Iglesia de testigos con mártires
donde son protagonistas los pobres
y hombre nuevo el pecador.
Signo de esperanza, causa de alegría,
con Santa María y un Jesús pascual,
la gente se siente siendo servidora,
que es transformadora de la sociedad.
Queremos ser una Iglesia
de veras comunidad
fraterna porque la gente
comparte fe y realidad
con sencillez y alegría aprende
a participar como hacían los cristianos,
con Pedro, Santiago y Juan.
Queremos ser una Iglesia
que está siempre en oración,
que alumbra toda la vida
con la Palabra de Dios,
que celebra como pueblo la nueva
Alianza de amor, en la fiesta de la vida
que es la cena del Señor.
Queremos ser una Iglesia
samaritana y cordial,
que organiza la esperanza
y la solidaridad,
donde el Espíritu Santo, Padre
de los pobres va, suscitando los servicios,
según la necesidad.
Queremos ser una Iglesia
que muestra el amor de Dios.
Que sale a encontrar al hombre
y o abraza en su perdón...
que consuela y acompaña, que agranda
su corazón a medida de la gente
que sufre la situación.
Queremos ser una Iglesia
en estado de misión
que se abre y sale y propone
al mundo el Reino de Dios.
Que transforma desde adentro sociedad
y corazón, y planta comunidades
donde se da conversión.