casa de Zacarías,
María se encaminó,
/camino de montañas
y en sus entrañas el mismo Dios./
Llena de gracia has venido a mí,
la mamacita del Salvador.
/Dichosa sea la que creyó
en la promesa de su Señor./
Oyó Isabel el saludo,
su seno se estremeció
/y el Espíritu Santo
casi cantando en ella obró./
En el Señor yo me alegro,
María un canto entonó,
/puso en mí la mirada
su humilde esclava de corazón./
Fortaleció a los humildes,
al poderoso lo echó,
/por la misericordia
que en nuestra historia El derramó./