ános, oh
Señor, tu fuerza salvadora
que llene
nuestro ser:
un Espíritu
que, al darnos nueva vida,
confirme
nuestra fe.
El aliento de tu boca cambiará la faz
de nuestro corazón,
para hacer que en nuestro pecho brote sin
cesar la fuerza del amor.
Tus palabras
en mis labios hablarán de Ti,
tu vida
contarán.
Soy testigo ante los hombres de tu amor sin fin,
testigo de tu paz
Nos consagras para hacernos instrumento fiel
que siembre la verdad;
para hacer un solo cuerpo reunido en Ti,
unidos en tu pan.
Nuestras vidas que caminan sin saber
porqué, verán la nueva luz;
nuestros
pasos vacilan en llegar a Ti,
irán hasta la
cruz