El Camino De Emaus
Lam
¿Qué venías conversando?
Lam
me dijiste buen amigo,
Lam
y me detuve asombrado
Lam
a la vera del camino.
¿No sabes lo que ha
pasado
Lam
allá en Jerusalén?
Lam
¿De Jesús de Nazaret
Lam
a quien clavaron en Cruz?
Por eso me vuelvo triste
a mi aldea de Emaús.
Por
el camino de Emaús
un
peregrino iba conmigo.
No
lo conocí al caminar;
ahora
sí, en la fracción del pan.
Van tres días que se ha
muerto
y se acaba mi esperanza.
Dicen que algunas mujeres
al sepulcro fueron de
alba;
Pedro, Juan y algunos
otros,
hoy también allá
buscaron.
Más se acaba mi
confianza,
no encontraron a Jesús:
Por eso me vuelvo triste
a mi aldea de Emaús.
Oh, tardíos corazones
que ignoráis a los
profetas.
En la ley ya está
anunciado
que el Mesías padeciera
y por llegar a su gloria
eligiera la aflicción.
En la tarde de aquel día
yo sentí que por Jesús
nuestro corazón ardía
a la vista de Emaús.
Hizo señas de seguir
más allá de nuestra
aldea;
y la luz del sol poniente
parecía que muriera.
Quédate forastero,
ponte a la mesa y
bendice.
Y al destello de su luz,
en la bendición del Pan,
mis ojos reconocieron
al amigo de Emaús.