Iglesia soy, y tú también.
En el Bautismo renacimos
a una vida singular
y al confirmar hoy nuestra fe,
lo proclamamos compartiendo el mismo
pan.
,
No
vayas triste en soledad
Lam
ven
con nosotros y verás
Lam
Rem
a
los hermanos caminando en el amor.
,
Ven
con nosotros y serás
Lam
en
la familia un hijo más,
Lam
Rem
iremos
juntos caminando en el amor.
Yo la veré envejecer,
pero a mi madre aún con arrugas
y defectos la querré.
La quiero más, pues sé muy bien,
que ha envejecido sin dejarme de querer.
La Iglesia es tan maternal
que me ha engendrado,
me alimenta y acompaña sin cesar.
La Iglesia es tan maternal
que nunca duda en abrazarme y perdonar.
Tensiones hay y las habrá
porque nosotros somos hombres
y no ángeles de luz,
pero al final, sólo al final
la Iglesia humilde encontrará su
plenitud.