Sim
¡Oh
María, Madre mía,
Sim
oh
consuelo del mortal,
Sim
amparadme
y guiadme
,
a la Patria Celestial!
Sim
Con el Angel de María
Sim
las grandezas celebrad,
Sim
transportados de alegría
,
sus finezas publicad.
Quien a Ti ferviente clama
halla alivio en el pesar,
pues tu nombre luz derrama,
gozo y bálsamo sin par.
Pues te llamo con fe viva,
muestra, oh Madre, tu bondad;
a mí vuelve compasiva,
esos ojos de piedad.