Perdón, Señor, hoy te ofendí;
perdóname por no comprender
que me amabas antes de nacer
y me esperas hoy en mi atardecer.
Perdón, Señor, yo no sé vivir,
de mis hermanos yo me separé.
El calor de tu dulce hogar
quiero revivir, haz que vuelva a Ti.
Ayúdame, quiero serte fiel,
resucitar contigo otra vez
y llevarte con mi caminar
por esta ciudad hacia los demás.
Igual que el sol que al despertar
sabe que tiene mucho que brillar,
y al fin sé por quién vivir
porque tu perdón fecunda mi andar.