Señor, a Ti clamamos:
envíanos tu Salvador.
Confiados esperamos
tu luz, tu vida y tu amor.
¡Ven, oh Señor! Danos tu paz,
tu pueblo ansioso clama a Ti:
socórrenos, no tardes más.
Anhelos del Mesías
tu pueblo eleva en su cantar;
tristeza es nuestra vida,
vivida sin tu paz.
Recuerda tu promesa
y tu deseo de salvar.
Inmensa es la tristeza
de nuestro peregrinar.
Que a nuestro ardiente anhelo,
germine ya tu Salvador,
y lluevan hoy los cielos
rocío de bendición.
La espera del Mesías
también nos viene a recordar
tu última venida
en gloria y majestad.