Tu mirada
Una mañana me miraste,
estaba solo y me invitaste
a seguirte en tu camino.
Había algo en Ti que me atraía
aunque tus palabras no entendía
y era lento de corazón.
Y con tu mirada comprendí
que algo había cambiado en mí,
y que ya no iba a poder vivir sin ti.
Junto a la barca me encontraba
cuando escuché que me llamabas
y no me pude resistir.
Y me viste junto a la higuera
donde prometí que, fueras quien fueras,
yo te iba a seguir.