Habiendo amado a los suyos se quedó
y los amó hasta el extremo.
En un misterio de entrega sin medida
se ocultó en la Santa Eucaristía.
Gracias mi Jesús
por abrazar mi pequeñez
con tu grandeza.
Cuánta angustia inundó tu corazón
aquella tarde en aquel huerto.
Y a pesar de que sentías tanto miedo
no quisiste renunciar al sufrimiento.
Hágase en mí
para siempre Tu voluntad
y no la mía.
Y cuanto Amor
que hasta Te quedaste
escondido en un poco de pan
y en este vino que ahora es Tu Sangre
que derramaste en Tu soledad.
No habiendo amor mas grande que el de entregar
la vida por los amigos
te abrazaste a la cruz para salvarnos
perdonando todos nuestros pecados.
vida te doy
para saciar Tu sed de amor
y aliviar Tu dolor.
Cuando comulgo permanezco en vos
llenándome de Tu amor,
y soy reflejo de Tu Luz en este mundo.
Quiero ser un fiel testigo tuyo.
Dame mi Señor
Tu corazón para que yo
ame como Vos.