Desde el cielo ha bajado,
la promesa celestial,
es el hijo de María
que la bendición traerá.
un rey han esperado,
coronado de esplendor,
pero Dios se ha presentado
pobre humilde y redentor.
Hoy la humanidad celebra
y los Ángeles aclaman
que el Señor se hizo presente
ha traído la esperanza.
Este niño indefenso,
acostado en el pesebre,
es El Salvador del mundo
y nos dá vida perenne.
Él nos da la Eucaristía
alimento celestial,
se ha quedado con nosotros
en un pedazo de pan.
No olvidemos que ese niño
siendo Dios e inmortal
nos enseña a ser humildes,
y proclamar la verdad.