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Beata Laura Vicuña, virgen

22 de enero

Nace en Santiago de Chile, el 5 de abril de 1891, en tiempos difíciles que afectan también a su familia. Sufre las consecuencias de la emigración. Su padre. José Domingo, perseguido por motivos políticos, debe huir al sur del país, estableciéndose finalmente en Temuco. Allí queda huérfana de padre, a los dos años de edad. Queda la familia sin apoyo y en precaria condición económica. Su madre, Doña Mercedes Pino vive con esfuerzo de su trabajo de modista. En 1899, después de sufrir el robo de los escasos recursos de la familia, decide emigrar a Argentina, con sus hijas Laura y Julia.

La pequeña Laura sufre al darse cuenta de que su madre se encuentra alejada de Dios por la situación de convivencia que mantiene con un estanciero: Manuel Mora. En las vacaciones de verano del año 1902, Manuel Mora pretendió abusar de ella. Al resistirse, pierde toda ayuda económica para continuar en el colegio, por lo que las Hermanas Hijas de María Auxiliadora la reciben gratuitamente.

Laura recorre un corto pero intenso itinerario espiritual. En abril de 1902 ofrece su vida al Señor por la conversión de su madre. Dios acepta su ofrenda. El 22 de enero de 1904, muere en Junín de los Andes a la edad de 12 años. Por su entrega, su madre vuelve a Dios y le honra con su vida digna y cristiana. Por sus virtudes, el Papa Juan Pablo II la declara beata el 3 de septiembre de 1988.

Breve esbozo biográfico en la Fundación Laura Vicuña, dependiente de las Hermanas de María Auxiliadora, promotoras de la causa de beatificación. El cuadro que reproducimos en colores es del artista italiano Caffaro Rore, y lamentablemente ha suplantado a la imagen auténtica de la beata (que se conoce por algunas pocas fotografías), en bien de una absurda estilización «de estampita». Ojalá las Hijas de María Auxiliadora tomaran la decisión de desechar de una vez por todas ese indigno cuadro.