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Beatos Jorge Beesley y Montford Scott, presbíteros y mártires

1 de julio

Fueron martirizados juntos en Londres el 1 de julio de 1591, en Fleet Street. Llevados hasta allí y ante el patíbulo, los mártires confirmaron su fe serena y firmemente, siendo seguidamente ahorcados, destripados y descuartizados, dando su vida terrena en homenaje a Cristo y a la verdad de su evangelio. Fueron beatificados por SS Juan Pablo II el 22 de noviembre de 1987.

Jorge Beesley había nacido en Goosnargh, Lancashire, el año 1562. Elegido el sacerdocio católico, estudia en el Colegio Inglés de Reims, donde es ordenado presbítero en 1587. Vuelve a Inglaterra al siguiente año y ejerce su ministerio en Laton, junto a Lancaster, y en Londres. Aquí es arrestado en 1590 y llevado a la Torre donde es sometido a tortura, permaneciendo firme en la fe. Pasó luego a la cárcel de Newgate y fue condenado a muerte.

Montford o Monfordo Scott nació en Hawstead, Suffolk, en el seno de una familia acomodada. Marchó a Douai para hacer los estudios sacerdotales. Aún subdiácono, regresa a Inglaterra, donde es capturado, pero puede salir libre y vuelve al continente, siendo ordenado presbítero en Bruselas, en 1577; regresa a Inglaterra el 19 de junio del mismo año. Muy poco después fue arrestado en Cambridge y trasladado a Londres, con sus libros y pertenencias, por orden del obispo anglicano de la capital. No se sabe muy bien qué pasó y parece probable que lo desterraran, pero el hecho es que regresó enseguida a Inglaterra. Trabajó apostólicamente durante ocho años en la parte oriental de Gran Bretaña, y cuantos le conocían admiraban en él la austeridad y santidad de vida por su continua oración, sus ayunos y su celo apostólico. Conocida su presencia y actividad, Topcliffe, el famoso perseguidor de sacerdotes, puso especial empeño en su captura. En 1590 estaba en casa de William Kilbeck, en Hawstead, cuando fue arrestado y enviado a Londres. Ante el juez reconoció ser sacerdote y dijo haber vuelto a Inglaterra por la salvación de las almas. Poco antes de ser ejecutado reafirmó en público su fe y oró por la reina. Uno de los espectadores de su ejecución se convirtió al catolicismo.