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Beatos Vicente Pinilla y Manuel Martín Sierra, presbíteros y mártires

26 de julio

En Motril, Granada, el 26 de julio de 1936 fueron martirizados el P. Vicente Pinilla, agustino recoleto, y el párroco de la Divina Pastora, don Manuel Martín. Ellos se añadieron a los que el día anterior ya habían regado aquel suelo con su sangre. Forman parte del llamado grupo de «Beatos mártires de Motril». Fueron beatificados por Juan Pablo II el 7 de marzo de 1999 junto con los demás agustinos recoletos. Éstos son sus datos:

Vicente Pinilla Ibáñez había nacido en Calatayud, diócesis de Tarazona, el 9 de abril de 1872. Ingresó en la Orden de los Agustinos Recoletos e hizo la profesión de los votos el año 1886 con el nombre de Vicente de San Luis Gonzaga. Prosiguió luego los estudios eclesiásticos y se ordenó sacerdote el año 1893. Destinado a las Islas Filipinas, desarrolló allí con gran celo su apostolado hasta que cayó en 1898 en manos de los insurgentes y permaneció preso hasta 1900, volviendo entonces a España. Luego fue destinado a Brasil, donde igualmente trabajó con gran dedicación y donde residió y trabajó desde 1902 a 1927. Enviado finalmente a España, fue definidor provincial y durante unos años superior del convento de Motril, cargo en el que cesó en 1933 quedando luego como miembro de la comunidad.

Manuel Martín Sierra nació en Churriana de la Vega, Granada, el 2 de octubre de 1892, e ingresó adolescente en el Seminario Pontificio de Granada, ordenándose sacerdote en 1915 y prosiguiendo los estudios hasta alcanzar el grado de doctor en teología. Fue profesor del seminario, capellán de religiosas y luego pasó al ministerio parroquial en varios pueblos sucesivos de la provincia de Granada hasta que fue destinado a Motril como párroco de la Divina Pastora. Empezada la persecución, tuvo oportunidad de marcharse con su familia el día 24 de julio pero quiso quedarse entre sus fieles. Refugiado con las religiosas y los agustinos en la parroquia, allí fue buscado y encontrado en la mañana del día 26 y obligado a salir al atrio de la iglesia, donde le quisieron obligar a blasfemar. Al no querer hacerlo fue fusilado ante los muros del templo con el P. Vicente Pinilla.