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San Prosdócimo de Padua, obispo

Prosdósimo

Viene honrado por la tradición como el primer obispo de Padua, patrono de la ciudad véneta, y también, en opinión de varios académicos, probablemente responsable de la evangelización de toda la Venecia occidental. La imagen más hermosa de san Prosdocimo fue pintada precisamente por un padovano, el gran quattrocentista Andrea Mantegna, como parte del «Retablo de San Lucas», en la Basílica de Santa Justina. San Prosdocimo aparece sosteniendo la vasija del agua bautismal, símbolo de su incansable labor evangelizadora.

Enviado, según la tradición, por el propio san Pedro, Prosdócimo haría en Padua maravillas y milagros. Después de su muerte, se encuentra titulada, fuera de los muros de Padua, una «ecclesia Sancti Prosdocimi», convertida más tarde en la Basílica de Santa Justina. Fue precisamente el obispo quien, según la leyenda tradicional, convirtió a Justina, y la mujer fue capaz de perseverar en su fe cristiana, sufriendo el martirio en fecha tan temprana como la persecución de Nerón. De todos modos esta relación de san Prosdósimo con santa Justina no se considera hoy auténtica, y el Martirologio actual movió el martirio de la santa a su siglo más probable, el III/IV, con lo cual ya no tiene vinculación con san Prosdósimo. Sin embargo, como es lógico, en la iconografía aparecen juntos.

A pesar de lo temprano de su tarea evangelizadora, no se conserva recuerdo de que el santo obispo haya muerto mártir. No todos están de acuero con una datación tan temprana de la vida del santo, sino que en algunos santorales se prefiere hablar de comeinzos del siglo III.

Texto redactado en base a noticias diversas de Butler y Santi e Beati. En la imagen: san Prosdócimo en el altar de San Lucas de Mantegna, 1453, actualmente en la Pinacoteca de Brera, Milán.