La Sagrada Biblia

1 Samuel

  1. 1 Sam 1
  2. 1 Sam 2
  3. 1 Sam 3
  4. 1 Sam 4
  5. 1 Sam 5
  6. 1 Sam 6
  7. 1 Sam 7
  8. 1 Sam 8
  9. 1 Sam 9
  10. 1 Sam 10
  11. 1 Sam 11
  12. 1 Sam 12
  13. 1 Sam 13
  14. 1 Sam 14
  15. 1 Sam 15
  16. 1 Sam 16
  17. 1 Sam 17
  18. 1 Sam 18
  19. 1 Sam 19
  20. 1 Sam 20
  21. 1 Sam 21
  22. 1 Sam 22
  23. 1 Sam 23
  24. 1 Sam 24
  25. 1 Sam 25
  26. 1 Sam 26
  27. 1 Sam 27
  28. 1 Sam 28
  29. 1 Sam 29
  30. 1 Sam 30
  31. 1 Sam 31
  1. 1
    Y murió Samuel, y se juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Y se levantó David, y se fue al desierto de Parán.
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  2. 2
    Y en Maón había un hombre que tenía su hacienda en el Carmelo, el cual era muy rico, que tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y aconteció hallarse esquilando sus ovejas en el Carmelo.
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  3. 3
    El nombre de aquel varón era Nabal, y el nombre de su mujer, Abigail. Y era aquella mujer de buen entendimiento y de buena gracia; mas el hombre era duro y de malos hechos; y era del linaje de Caleb.
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  4. 4
    Y oyó David en el desierto que Nabal esquilaba sus ovejas.
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  5. 5
    Entonces envió David diez criados, y les dijo: Subid al Carmelo, e id a Nabal, y saludadle en mi nombre.
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  6. 6
    Y decidle así: Que vivas y sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes.
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  7. 7
    Hace poco supe que tienes esquiladores. Ahora, a los pastores tuyos que han estado con nosotros, nunca les hicimos fuerza, ni les faltó algo en todo el tiempo que han estado en el Carmelo.
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  8. 8
    Pregunta a tus criados, que ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos criados gracia en tus ojos, pues que venimos en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.
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  9. 9
    Y cuando llegaron los criados de David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David, y callaron.
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  10. 10
    Y Nabal respondió a los criados de David, y dijo: ¿Quién es David? ¿Y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores.
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  11. 11
    ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y mi víctima que he preparado para mis esquiladores, y la daré a hombres que no sé de dónde son?
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  12. 12
    Y yéndose los criados de David, se volvieron por su camino, y vinieron y dijeron a David todas estas palabras.
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  13. 13
    Entonces David dijo a sus criados: Cíñase cada uno su espada. Y se ciñó cada uno su espada; también David ciñó su espada; y subieron tras David como cuatrocientos hombres, y dejaron doscientos con el bagaje.
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  14. 14
    Y uno de los criados dio aviso a Abigail mujer de Nabal, diciendo: He aquí David envió mensajeros del desierto que saludasen a nuestro amo, y él los ha zaherido.
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  15. 15
    Mas aquellos hombres nos han sido muy buenos, y nunca nos han hecho fuerza, ni ninguna cosa nos ha faltado en todo el tiempo que hemos conversado con ellos, mientras hemos estado en el campo.
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  16. 16
    Nos han sido por muro de día y de noche, todos los días que hemos apacentando las ovejas con ellos.
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  17. 17
    Ahora, pues, entiende y mira lo que has de hacer, porque el mal está del todo resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan malo, que no hay quien pueda hablarle.
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  18. 18
    Entonces Abigail tomó luego doscientos panes, y dos cueros de vino, y cinco ovejas guisadas, y cinco medidas de harina tostada, y cien hilos de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó en asnos;
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  19. 19
    y dijo a sus criados: Id delante de mí, que yo os seguiré luego. Y nada declaró a su marido Nabal.
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  20. 20
    Y sentándose sobre un asno, descendió por una parte secreta del monte, y he aquí David y los suyos que venían frente a ella, y ella los encontró.
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  21. 21
    Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha vuelto mal por bien.
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  22. 22
    Así haga Dios, y así añada a los enemigos de David, que de aquí a mañana no he de dejar de todo lo que fuere suyo ni aun meante a la pared.
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  23. 23
    Y cuando Abigail vio a David, se bajó prestamente del asno, y postrándose delante de David sobre su rostro, se inclinó a tierra;
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  24. 24
    y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas a tu sierva que hable en tus oídos, y oye las palabras de tu sierva.
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  25. 25
    No ponga ahora mi señor su corazón a aquel hijo de Belial, a Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama Nabal (loco ), y la locura está con él; mas yo tu sierva no vi los criados de mi señor, los cuales tú enviaste.
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  26. 26
    Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive tu alma, que el SEÑOR te ha vedado que vinieses a derramar sangre, y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor.
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  27. 27
    Y ahora esta bendición que tu sierva ha traído a mi señor, dése a los criados que siguen a mi señor.
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  28. 28
    Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta maldad; porque el SEÑOR de cierto hará casa firme a mi señor, por cuanto mi señor hace las guerras del SEÑOR, y mal no se ha hallado en ti en tus días.
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  29. 29
    Bien que alguien se haya levantado a perseguirte y a buscar tu alma, con todo, el alma de mi señor será ligada en el haz de los que viven con el SEÑOR Dios tuyo, y él arrojará el alma de tus enemigos como de en medio de la palma de una honda.
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  30. 30
    Y acontecerá que cuando el SEÑOR hiciere con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te mandare que seas capitán sobre Israel,
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  31. 31
    entonces, señor mío, no te será esto en tropiezo y turbación de corazón, el que hayas derramado sangre sin causa, y que mi señor se haya vengado por sí mismo. Guárdese pues mi señor, y cuando el SEÑOR hiciere bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.
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  32. 32
    Entonces dijo David a Abigail: Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases;
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  33. 33
    y bendito sea tu razonamiento, y bendita seas tú, que me has estorbado hoy el ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano;
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  34. 34
    porque, vive el SEÑOR Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venirme al encuentro, de aquí a mañana no le quedara a Nabal meante a la pared.
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  35. 35
    Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y he recibido tu faz.
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  36. 36
    Y Abigail se vino a Nabal, y he aquí que él tenía banquete en su casa como banquete de rey; y el corazón de Nabal estaba ya alegre en él, y estaba muy borracho; por lo que ella no le declaró poco ni mucho, hasta que vino el día siguiente.
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  37. 37
    Pero a la mañana, cuando ya el vino había salido de Nabal, su mujer le declaró estas cosas; y se le amorteció el corazón, y se quedó como una piedra.
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  38. 38
    Y pasados diez días el SEÑOR hirió a Nabal, y murió.
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  39. 39
    Y luego que David oyó que Nabal era muerto, dijo: Bendito sea el SEÑOR que juzgó la causa de mi afrenta recibida de la mano de Nabal, y detuvo del mal a su siervo; y el SEÑOR ha tornado la malicia de Nabal sobre su propia cabeza. Después envió David a hablar a Abigail, para tomarla por su mujer.
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  40. 40
    Y los criados de David vinieron a Abigail en el Carmelo, y hablaron con ella, diciendo: David nos ha enviado a ti, para tomarte por su mujer.
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  41. 41
    Y ella se levantó, e inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, para que sea sierva que lave los pies de los siervos de mi señor.
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  42. 42
    Y levantándose luego Abigail con cinco doncellas que la seguían, se montó en un asno, y siguió a los mensajeros de David, y fue su mujer.
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  43. 43
    También tomó David a Ahinoam de Jezreel, y ambas fueron sus mujeres.
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  44. 44
    Porque Saúl había dado su hija Mical, la mujer de David, a Palti hijo de Lais, que era de Galim.
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