- 1
El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro, y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de vuestros altares;
- 2
para que sus hijos se acuerden de sus altares y de sus bosques, junto a los árboles verdes y en los collados altos.
- 3
¡Mi montañés! En el campo son tus riquezas; todos tus tesoros daré a despojo, por el pecado de tus altos en todos tus términos.
- 4
Y habrá remisión en ti de tu heredad, la cual yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, para siempre arderá.
- 5
Asà dijo el SEÑOR: Maldito el varón que confÃa en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del SEÑOR.
- 6
Pues será como la retama en el desierto, y no verá cuando viniere el bien; sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra salada y deshabitada.
- 7
Bendito el varón que se fÃa en el SEÑOR, y cuya confianza es el SEÑOR.
- 8
Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raÃces, y no verá cuando viniere el calor, y su hoja será verde; y en el año de sequÃa no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.
- 9
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
- 10
Yo soy el SEÑOR, que escudriño el corazón, que pruebo los riñones, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
- 11
Como la perdiz que hurta lo que no parió, es el que allega riquezas, y no con justicia; en medio de sus dÃas las dejará, y en su postrimerÃa será incipiente.
- 12
El trono de gloria, altura desde el principio, es el lugar de nuestra santificación.
- 13
¡Oh esperanza de Israel! SEÑOR, todos los que te dejan, serán avergonzados; y los que de mà se apartan, serán escritos en el polvo; porque dejaron la vena de aguas vivas, al SEÑOR.
- 14
Sáname, oh SEÑOR, y seré sano; sálvame, y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.
- 15
He aquà que ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra del SEÑOR? Venga ahora.
- 16
Mas yo no me entremetà a ser pastor en pos de ti, ni deseé dÃa de calamidad, tú lo sabes. Lo que de mi boca ha salido, en tu presencia ha salido.
- 17
No me seas tú por espanto; esperanza mÃa eres tú en el dÃa malo.
- 18
Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo; asómbrense ellos, y no me asombre yo; trae sobre ellos dÃa malo, y quebrántalos con doble quebrantamiento.
- 19
Asà me dijo el SEÑOR: Ve, y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y a todas las puertas de Jerusalén,
- 20
y diles: OÃd la palabra del SEÑOR, reyes de Judá, y todo Judá, y todos los moradores de Jerusalén que entráis por estas puertas.
- 21
Asà dijo el SEÑOR: Guardaos por vuestras vidas, y no traigáis carga en el dÃa del sábado, para meter por las puertas de Jerusalén;
- 22
ni saquéis carga de vuestras casas en el dÃa del sábado, ni hagáis obra alguna; mas santificad el dÃa del sábado, como mandé a vuestros padres;
- 23
los cuales no oyeron, ni inclinaron su oÃdo, antes endurecieron su cerviz, para no oÃr, ni recibir corrección.
- 24
Porque será, si vosotros me oyereis, dijo el SEÑOR, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el dÃa del sábado, sino que santificareis el dÃa del sábado, no haciendo en él ninguna obra;
- 25
Entrarán por las puertas de esta ciudad, los reyes y los prÃncipes, que se sientan sobre el trono de David, en carros y en caballos, ellos y sus prÃncipes, los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.
- 26
Y vendrán de las ciudades de Judá, y de los alrededores de Jerusalén, y de tierra de BenjamÃn, y de los campos, y del monte, y del austro, trayendo holocausto y sacrificio, y ofrenda e incienso, y trayendo sacrificio de alabanza a la Casa del SEÑOR.
- 27
Mas si no me oyereis para santificar el dÃa del sábado, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en dÃa de sábado, yo haré encender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.