La celebración del sacramento de la Unción de los enfermos consiste esencialmente en la <i>unción</i> con óleo, bendecido si es posible por el obispo, sobre la frente y las manos del enfermo (en el rito romano, o también en otras partes del cuerpo en otros ritos), acompañada de la <i>oración</i> del sacerdote, que implora la gracia especial de este sacramento.