Los sacramentos que se encuentran al servicio de la comunión y de la misión son el Sacramento del Orden y el Sacramento del Matrimonio. Estos sacramentos están diseñados para fortalecer la unidad y la misión de la Iglesia, y para proporcionar a los creyentes los medios necesarios para vivir una vida plena y fecunda en Cristo.
El Sacramento del Orden es el sacramento a través del cual los obispos, sacerdotes y diáconos reciben la autoridad y la gracia necesarias para servir a la Iglesia y guiar a los creyentes en su camino espiritual. La ordenación es un proceso sagrado que implica la imposición de las manos y la oración, y que está basado en la tradición apostólica.
El Sacramento del Matrimonio es el sacramento a través del cual un hombre y una mujer se unen en una relación sacramental y se comprometen a amarse y a servirse mutuamente por el resto de sus vidas. El matrimonio es una unión sagrada que refleja el amor de Dios por su pueblo, y que está basada en la mutualidad, el respeto y la fidelidad. Como dice el apóstol San Pablo: > "Los dos serán una sola carne" (Efesios 5, 31).