Los sacramentos son dones de Jesucristo a la humanidad, instituidos por su amor infinito hacia nosotros. A través de ellos, recibimos los bienes de la redención.
Los Sacramentos son eficaces en sí mismos, ya que en ellos Cristo actúa directamente. Además de su eficacia, también tienen una finalidad pedagógica como signos externos: alimentan, fortalecen y expresan la fe. La disposición de la persona que recibe los sacramentos es fundamental, ya que cuanto mejor esté dispuesta, más abundantes serán los frutos de la gracia.
Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Jesucristo y confiados a la Iglesia, a través de los cuales se nos da la vida divina. Existen siete sacramentos, que son:
El carácter sacramental es un sello espiritual que configura al que lo recibe con Cristo. Este sello es indeleble, es decir, permanente, por lo que el cristiano solo lo recibe una vez en la vida.
Los sacramentos que imprimen carácter son: