La gracia es un don gratuito de Dios, por el que nos hace partícipes de su vida trinitaria y capaces de obrar por amor a Él. Se le llama <i>gracia habitual</i>, <i>santificante</i> o <i>deificante</i>, porque nos santifica y nos diviniza. Es <i>sobrenatural</i>, porque depende enteramente de la iniciativa gratuita de Dios y supera la capacidad de la inteligencia y de las fuerzas del hombre. Escapa, por tanto, a nuestra experiencia.<br />