La Misericordia de Dios: Un Amor Infinito
La palabra misericordia deriva de dos palabras en latín: misereri, que significa tener compasión, y cor, que significa corazón. Ser misericordioso es tener un corazón compasivo. La misericordia, junto con el gozo y la paz, son efectos del amor; es decir, de la caridad.
La Parábola del Hijo Prodigo
La parábola del hijo prodigo nos muestra la misericordia de nuestro Padre Dios. Según el Evangelio de Lucas, Jesús cuenta la historia de un padre que tiene dos hijos. El menor de ellos pide la parte de herencia que le corresponde y, después de malgastar su dinero, regresa a la casa de su padre.
El joven dijo: «Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo».
Pero el padre, conmovido por el regreso de su hijo, se apresura a recibirlo con amor. Le da la mejor ropa, un anillo y sandalias. Esta parábola nos muestra cómo nuestro Padre Dios se compadece de nosotros y nos recibe con amor y misericordia.
La Misericordia de Dios en la Biblia
En la Biblia, encontramos muchas veces la misericordia de Dios. En el Evangelio de San Mateo, Jesús dice: «Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores». En el Evangelio de San Juan, Jesús perdonó a una mujer sorprendida en adulterio, diciendo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más».
La Misericordia de Dios en la Vida diaria
La misericordia de Dios consiste en perdonarnos a todos, sin distinción alguna. Es un amor que está lleno de compasión, ternura y caricia. Dios busca el arrepentimiento de cada uno de nosotros y nos convierte para seguirle de corazón. Como dice el profeta Jonas: «Bien sabía yo que tú eres un Dios clemente y misericordioso, tardo a la cólera y rico en amor, que se arrepiente del mal».
Conclusión
Sabemos que tenemos un Dios misericordioso que es rico en amor y tardo a la cólera. La misericordia de Dios es un amor infinito que nos recibe con amor y nos convierte para seguirle de corazón. ¡Que la misericordia de Dios sea nuestra esperanza y nuestra guía en la vida!