El Camino de Emaús: Un Recordatorio de la Presencia de Jesús
En el tema de hoy, nos vamos a ubicar en el capítulo 24 de Lucas, versos 13 al 39, para comprender una historia que nos hace reflexionar sobre la presencia de Jesús en nuestra vida.
Dos discípulos, Cleofas y otro, caminaban hacia Emaús, una aldea a sesenta estadios de Jerusalén, que equivalen a unos 11 kilómetros. Estaban hablando de las cosas que habían acontecido, la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Mientras caminaban, Jesús mismo se acercó y caminó con ellos, pero sus ojos estaban velados para que no lo reconociesen.
Jesús les preguntó qué pláticas eran esas que tenían entre sí y por qué estaban tristes. Cleofas le respondió que era el único forastero en Jerusalén que no había sabido las cosas que en ella habían acontecido en esos días. Entonces Jesús les preguntó qué cosas les habían acontecido, y ellos le contaron la muerte de Jesús, cómo lo crucificaron y cómo esperaban que fuera el que había de redimir a Israel.
Pero ahora, además de todo esto, era el tercer día que esto había acontecido. Aunque también les habían asombrado unas mujeres de entre ellos que les habían dicho que habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. Pero ellos no creyeron. ¿Cómo es que nosotros podemos estar en la misma situación?
Jesús les dijo: "Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho". Les recordó que era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en su gloria. Les declaró en todas las Escrituras lo que de él decían, desde Moisés hasta los profetas.
Llegaron a la aldea adonde iban, y Jesús hizo como que iba más lejos. Pero ellos le obligaron a quedarse, diciendo: "Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado". Entró a quedarse con ellos, y mientras estaban sentados a la mesa, Jesús tomó el pan y lo bendijo, lo partió y les dio. En ese momento, les fueron abiertos los ojos, y les reconocieron. Pero Jesús se desapareció de su vista.
¿Dónde se parte el pan en la Iglesia? ¿Dónde se reconoce a Jesús? Es en la Santa Eucaristía, donde Jesucristo está presente en las especies del pan y del vino. Es en la Iglesia donde se reconoce a Jesús en la Eucaristía, en el partir del pan.
Los dos discípulos se decían el uno al otro: "¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?" Pero aún así no reconocieron a Jesús. Aprendamos a reconocerlo en toda su expresión, no solo en el milagro asombroso, sino en la Santa Eucaristía.
Levantándose en la misma hora, los dos discípulos volvieron a Jerusalén y hallaron a los once reunidos y a los que estaban con ellos. Les contaron las cosas que les habían acontecido en el camino y cómo les habían reconocido a Jesús al partir el pan. Es en la Iglesia donde se reconoce a Jesús, y es ahí donde Él permanece.
No desprecies la sana enseñanza, la enseñanza de Jesucristo que se manifiesta en la Iglesia. Arrímate a Jesús, y recuerda que Él se hace presente en las especies del pan y del vino en la Santa Eucaristía.