El papel de Pío XII durante la Segunda Guerra Mundial
El libro "Pío XII y la Segunda Guerra Mundial en los Archivos vaticanos" del Padre Pierre Blet, S.J., resume la obra de 12 tomos publicada en 1982, recogiendo testimonios del archivo secreto vaticano sobre la actividad del Papa Pío XII durante la Segunda Guerra Mundial.
La obra se basa en los documentos originales que daban a conocer día a día, y en ocasiones hora a hora, la acción de Pío XII. El primer capítulo, "La diplomacia vaticana contra la guerra", detalla todos los medios diplomáticos que la Santa Sede usó para lograr la calma en 1939 cuando la situación del mundo empeoraba rápidamente. Además, explica las iniciativas secretas con los distintos gobiernos, discursos solemnes, llamados vibrantes a los pueblos y a sus dirigentes.
En el segundo capítulo, "Pío XII, Roosevelt y Mussolini", Blet explica el nuevo papel que asume la Santa Sede de "limitar el conflicto, restaurar lo más rápido posible la paz fundada en la justicia y la seguridad" y los intentos de Pío XII para evitar que Italia entre en guerra. También narra la protesta de la Santa Sede por la invasión alemana a los Países Bajos, pese al disgusto de los fascistas italianos y sus amenazas.
El tercer capítulo, "el Papa y la Iglesia en Alemania", Blet expone la grave situación de los fieles católicos en Alemania y la preocupación de Pío XII. "Nosotros queremos ver, hacer un intento. Si quieren el combate nosotros no lo tememos. Pero queremos ver sin no existe alguna manera para alcanzar la paz … Los principios no se pueden sacrificar. Cuando hayamos dado todos los pasos posibles y ellos persistan en su deseo de guerra, entonces Nosotros nos defenderemos, pero el mundo debe tomar nota que Nosotros hemos hecho todo tentativo posible para vivir en paz en Alemania", señaló el Pontífice.
El Papa se concentraba en actuar. En Eslovaquia, Rumania, Croacia y Hungría el Vaticano aún podía ejercer su influencia. Los capítulos ocho y nueve los dedica Blet a ilustrar la acción del Santo Padre a favor de los hebreos en estos territorios. Los nuncios en algunos casos lograron bloquear las deportaciones.
El nuncio en Bucarest el 14 de febrero de 1943 trasmitía los agradecimientos del Presidente de la comunidad hebrea rumana: "El Presidente de la comunidad israelita de Rumania … ha venido ya dos veces a agradecerme por la asistencia y la protección de la S. Sede a favor de sus correligionarios".
El representante de la Santa Sede en Croacia más o menos por la misma época escribía también a Roma: "El rabino mayor de Zagreb me ha pedido trasmitir su vivísimo agradecimiento a la S. Sede por la ayuda eficaz de parte de ésta al lograr transferir un grupo de muchachos hebreos".
Mons. Roncalli -el futuro Papa Juan XXIII- desde Turquía a su vez refería: "Hoy mismo, el secretario de la Agencia Judía para Palestina, señor Ch. Barlas, ha venido a agradecerme y a agradecer a la Santa Sede por sus acciones en favor de los israelitas de Eslovaquia".
El capítulo diez se titula "El destino de la Ciudad Eterna". El desembarco de los aliados en Sicilia, el bombardeo de Roma, el relevo de Mussolini y el control de las tropas alemanas sobre Roma, llevaban al Vaticano – según Blet – a una "confrontación directa con las fuerzas del Reich, con su ejército, con la Wermacht, con su policía de Estado, con la Gestapo".
A pesar de las amenazas, una de las primeras preocupaciones de Pío XII fueron los hebreos que se encontraban en la ciudad. Antes que las deportaciones comenzaran, ya el Santo Padre había levantado las disposiciones canónicas a los conventos de clausura; en estos y en cientos de iglesias y comunidades se refugiaron millares de hebreos.
El papel de Pío XII en favor de los judíos
El Papa se concentraba en actuar en favor de los judíos. En Eslovaquia, Rumania, Croacia y Hungría el Vaticano aún podía ejercer su influencia. Los nuncios en algunos casos lograron bloquear las deportaciones.
- El nuncio en Bucarest el 14 de febrero de 1943 trasmitía los agradecimientos del Presidente de la comunidad hebrea rumana.
- El representante de la Santa Sede en Croacia más o menos por la misma época escribía también a Roma.
- Mons. Roncalli -el futuro Papa Juan XXIII- desde Turquía a su vez refería que el secretario de la Agencia Judía para Palestina había venido a agradecerle por las acciones de la Santa Sede en favor de los israelitas de Eslovaquia.
El capítulo once del libro de Blet, "Los sucesos en Francia", analiza el papel de la Santa Sede en Francia, donde el nuncio se preocupaba más por la situación interna de la Iglesia y por ayudar a los perseguidos.
La importancia de la obra de Pío XII
El Padre Blet explicó que su libro era un compendio de la información recopilada por él y otros tres jesuitas en los Archivos Secretos del Vaticano y que publicaron entre 1965 y 1981 en 12 volúmenes titulados "Actos y documentos de la Santa Sede relativos a la segunda guerra mundial".
"Es notorio que varios años después de la muerte de Pío XII se desencadenase una campaña contra el Pontífice cuyos fines distan mucho de conocerse", dijo el P. Blet.
"Para contraponer la historia a la leyenda, Pablo VI, que había sido uno de los más estrechos colaboradores de Pío XII decidió que fueran publicados los documentos de los Archivos Vaticanos relativos a la guerra".
"Sin embargo, constatando que después de 15 años nuestros volúmenes permanecían desconocidos para muchos historiadores, he querido sintetizar el contenido en un volumen de pequeña dimensión".
El legado de Pío XII
"La acusación que se repite más a menudo contra Pío XII es la de haber permanecido en silencio frente a las persecuciones raciales contra los judíos", dijo el Padre Blet.
"El silencio público (del Papa) encubría una acción secreta a través de las nunciaturas y las sedes episcopales para intentar impedir las deportaciones".
"Mediante los pasos dados continuamente ante los gobiernos de las naciones que mantenían algún margen de autonomía -Rumania, Eslovaquia, Croacia, Hungría- a través de los nuncios y los representantes diplomáticos de esas naciones, consiguieron salvarse miles de judíos".
La cifra de judíos salvados
"Hay que recordar que fue un historiador israelí el que dio la cifra de 850.000 judíos salvados", concluyó el Padre Blet.