La importancia de la profesión de fe en la comunidad católica
Nos encontramos con una realidad fundamental en la vida de la Iglesia católica: la profesión de fe como declaración de adoración y reconocimiento a Dios. Muchas personas creen que la mera declaración de Jesús como Salvador es suficiente para garantizar la salvación. Sin embargo, la escritura nos enseña que no es así (Mateo 7, 21-23). La profesión de fe no solo es una declaración para la comunidad, sino el reconocimiento de toda la verdad establecida por la Iglesia como magisterio.
La Iglesia católica, en comunión con todas las comunidades en todo el mundo, mantiene una misma fe, un mismo bautismo (Efesios 4, 5-7) y reconoce la Trinidad desde Jesús y los apóstoles. A diferencia de las muchas denominaciones que tienen su propia misa y profesión de fe, la Iglesia católica se basa en la verdad establecida por la escritura y transmitida a través de la tradición.
El lenguaje de la fe
Según el Catecismo de la Iglesia católica, "no creemos en las fórmulas, sino en las realidades que estas expresan y que la fe nos permite 'tocar'" (Santo Tomás de Aquino, S.Th., 2-2, q.1, a. 2, ad 2). La Iglesia católica es "columna y fundamento de la verdad" (1 Timoteo 3, 15) y guarda fielmente "la fe transmitida a los santos de una vez para siempre" (Judas 3). La Iglesia nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de la fe.
El Credo católico: una profesión de fe universal
El Credo católico se puede dividir en tres partes principales: la primera parte habla de Dios Padre y de la obra de la Creación, la segunda parte habla de Dios Hijo y de la Redención de los hombres y la tercera parte habla de Dios Espíritu Santo y de nuestra santificación. Es un resumen de los principales aspectos de nuestra fe, una fe que viene predicando desde el primer siglo. El cristianismo ha tomado varios credos en el tiempo, pero la necesidad de universalización ha establecido un solo credo, una misma profesión de fe.
La unicidad de la fe y la Iglesia
La escritura nos enseña que la multiforme sabiduría de Dios es dada por medio de su Iglesia (Efesios 3, 10) y que la Iglesia es "columna y fundamento de la verdad" (1 Timoteo 3, 15). El Espíritu Santo no puede por medio de la Iglesia entrar en confusión y división. La unicidad de la fe solo puede haber una sola en comunión plena por los siglos de los siglos, sin cambios, sin divisiones, sin adulteración de ningún tipo. Jesús vemos claramente que no ha venido a establecer una Biblia sino una Iglesia y designa con poder y autoridad fuerzas más grandes que este mundo.
La Iglesia como deposito de la fe
Por medio de Cristo, la Iglesia toma un rol de deposito de la fe, custodiando la verdad establecida por la escritura. Al profesar el Credo de los apóstoles, especialmente en la Santa Misa, nos presentamos en confianza, esperanza y verdad la promesa de Jesús con su Iglesia, que estará hasta el fin del mundo. Al rezar el Credo entramos en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y con toda la Iglesia.
Un llamado a la renovación y el apostolado
Si eres católico, no olvides que como cristianos que somos, debemos buscar renovar nuestra vida en Cristo (Juan 15, 1-7) e impulsar nuestro apostolado para traer a muchas personas a los pies de Jesucristo (Mateo 28, 18-20). Si eres evangélico, mormón o testigo de Jehová, te invito a que conozcas en serio lo que es la fe cristiana, la Biblia y la Iglesia de Cristo. Estudia la historia del cristianismo y ora para que Dios siga actuando en tu vida. Dios te ama y espera en el redil de plenitud que ha dejado: La Iglesia católica.