La realidad detrás de las riquezas del Vaticano
La imagen del Vaticano como una institución lujosamente rica es un mito que ha sido desmentido por la revista estadounidense Fortune, especializada en temas económicos. Según su artículo titulado “Este Papa va en serio”, el Vaticano no se acercaría a formar parte de la lista Fortune 500 ni siquiera si fuera una corporación.
La lista Fortune 500
La lista de las 500 principales compañías del mundo está encabezada este año por la multinacional Wal-Mart, con ingresos de 476,294 millones de dólares, y Apple en el 5 lugar, con 179,919 millones de dólares en ingresos. Por otro lado, el último puesto lo ocupó la empresa United Rentals, con un reporte de ingresos de 4,955 millones de dólares.
El presupuesto operativo del Vaticano
La realidad es que el presupuesto operativo del Vaticano es de apenas 700 millones de dólares, y en 2013 se registró un pequeño superávit global de 11,5 millones de dólares. De hecho, la mayoría de los activos más valiosos del Vaticano, incluyendo algunos de los más grandes tesoros de arte del mundo, son prácticamente invaluables y no están a la venta.
La descentralización financiera de la Iglesia Católica
La Iglesia Católica es altamente descentralizada financieramente, lo que significa que cada diócesis es una corporación separada con sus propias inversiones y presupuestos, incluyendo las arquidiócesis metropolitanas. Cada diócesis manda cantidades importantes de dinero al Vaticano cada año, pero la mayoría de este está destinado para trabajo misionero o las donaciones de caridad del Papa.
La vida laboral en el Vaticano
El Vaticano paga salarios relativamente bajos, pero ofrece beneficios generosos de salud y de retiro. Los Cardenales y Obispos en las congregaciones y consejos a menudo reciben tan poco como 46 mil dólares al año. A los soldados rasos, incluyendo monjas y sacerdotes, también se les paga sueldos menores a los del mercado. Sin embargo, los empleados del Vaticano no pagan impuestos por ingresos y tienen trabajos de por vida, y virtualmente nadie se va antes de la edad de jubilación.