La Revelación Divina: Sagrada Tradición y Sagrada Escritura
Queridos hermanos,
A menudo nos dicen los hermanos evangélicos que la Biblia es la única fuente de la Revelación Divina. Sin embargo, esta posición no es correcta. La Revelación Divina abarca más allá de la Biblia y se manifiesta en la Tradición Apostólica y en la Biblia misma.
La Revelación es la manifestación de Dios y de su voluntad acerca de nuestra salvación. Dios se reveló de dos maneras: a través de la Revelación natural, mediante las cosas creadas, y a través de la Revelación sobrenatural o divina, que se manifestó a través de los profetas y de una manera perfecta y definitiva en la persona de Cristo Jesús.
La Tradición Apostólica
Jesús mandó predicar, no escribir, su Evangelio. Por eso, la Iglesia se preocupó de predicar el Evangelio en lugar de escribirlo. La Tradición Apostólica se refiere a la transmisión del Evangelio de Jesús, que se transmitió oralmente a través de los Apóstoles y sus sucesores.
La Iglesia vivió muchos años sin la Biblia, y fue dentro de la Tradición de la Iglesia donde se escribió y fue aceptado el Nuevo Testamento.
La Biblia
La Sagrada Escritura, y especialmente el Nuevo Testamento, es la Palabra de Dios que nos manifiesta al Hijo en quien expresó Dios el resplandor de su gloria. Sin embargo, la Biblia no contiene todo el Evangelio de Cristo. La parte más importante y fundamental de la Tradición Apostólica fue puesta por escrito.
Biblia y Tradición
La Revelación Divina ha llegado hasta nosotros por la Tradición Apostólica y por la Sagrada Escritura. No debemos considerarlas como dos fuentes, sino como dos aspectos de la Revelación de Dios. La Tradición y la Escritura están unidas y ligadas, de modo que ninguna puede subsistir sin la otra.
¿Sólo la Biblia?
Es un error creer que basta la Biblia para nuestra salvación. La Iglesia vivió muchos años sin la Biblia, y fue dentro de la Tradición de la Iglesia donde se escribió y fue aceptado el Nuevo Testamento.
El Magisterio de la Iglesia
El Magisterio de la Iglesia es el oficio de interpretar correctamente la Palabra de Dios, oral o escrita. Este Magisterio lo ejercita en nombre de Jesucristo y está a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido. El Magisterio orienta también el crecimiento en la comprensión de la fe.
La Tradición Divino-Apostólica
La Tradición divino-apostólica va creciendo, como sucede con cualquier organismo vivo. Este es el significado que hay que dar a las definiciones dogmáticas, hechas por el Magisterio de la Iglesia.
La Ley de Oro
Manténganse firmes guardando fielmente la Tradición que les enseñamos de palabra y por carta. La Revelación Divina abarca más allá de la Biblia y se manifiesta en la Tradición Apostólica y en la Biblia misma.