Orar y Rezar, ¿Qué Significa?
Las palabras "rezar" y "orar" son sinónimos que se aceptan tanto por la Real Academia Española como por la Asociación de Academias de la Lengua Española. Lingüísticamente, ambos términos poseen el mismo significado: acción de dirigirse oral o mentalmente a una figura religiosa superior para pedir, agradecer o comunicar algo.
Sin embargo, dentro de la tradición religiosa judeo-cristiana, ambas palabras tienen acepciones distintas. Orar es dirigirse a Dios, hablar con Dios cara a cara, aceptando su omnipresencia, su bondad y confiando en su juicio como Padre. Al orar se lleva a cabo un diálogo que puede materializarse de muchas formas.
Una de estas es rezando. Los católicos le damos al verbo rezar un sentido bastante amplio y genérico, y reservamos la palabra oración más especialmente, pero no exclusivamente, para los diversos géneros de oración mental, como la meditación, la contemplación, etc.
La Oración en la Tradición Católica
Del punto de vista católico, en el Catecismo de la Iglesia Católica, el término oración engloba a todos los géneros de oración, desde la de petición hasta las oraciones de alabanza y glorificación a Dios. Lo vemos en la oración del Padre Nuestro (Mt 6,9-13; Lc 11,1-4).
La Oración en la Tradición Protestante
Los protestantes, sin embargo, resaltan esa diferencia por dos motivos. Primero, porque para ellos sirve de seña. Acentuando arbitrariamente esa pequeña diferencia de matiz entre las palabras, ellos utilizan orar en lugar de rezar, y así inmediatamente se identifican como protestantes.
Por otro lado, la oración para los protestantes no tiene el mismo alcance que para nosotros los católicos. Mientras que para nosotros el término oración engloba a todos los géneros de oración, los protestantes descartan la necesidad de la oración de petición, que para ellos tiene poco o ningún sentido.
El Ejemplo de Jesucristo
Jesucristo, nuestro Señor, dio ejemplo de una oración larga y repetitiva en el Huerto de los Olivos (Mt 26,39). Aceptando la voluntad de Dios, Jesús oró repetidamente para que no pasara la cruz.
La Negación del Valor del Rosario
Los protestantes también negan el valor del Rosario, considerándolo como vanas repeticiones. Sin embargo, el Rosario está compuesto de las más sublimes oraciones, y su concepción es otra: mientras los labios profieren palabras sublimes, la mente se eleva a la contemplación de los principales misterios de nuestra Fe y el corazón se abrasa en el amor a Dios y a la Santísima Virgen.
La Importancia de la Oración
La oración es vital para un cristiano. Nuestra oración es impersonal cuando sólo es una repetición sin reflexión, como vanas repeticiones cuando sólo es un mover de los labios, sin interés interior en lo que decimos exteriormente.
Hay un proverbio que dice: "Mejor es rezar con mucho corazón y pocas palabras, que con muchas palabras y poco corazón". Porque rezar con el corazón es signo de un amor maduro y de una vinculación profunda a Dios. Y a medida que el amor se vuelva más profundo, menos necesita de gestos y palabras, para expresarse.
La Relación entre Vida de Oración y Vida Cristiana
San Agustín expresa esta relación interior entre vida de oración y vida cristiana de la siguiente manera: "Quien reza bien, vive bien". Y por el contrario se puede decir: "Quien reza mal, vive mal". También Santa Teresa explica: "Para mí siempre es lo mismo: rezar y encontrar el camino hacia Dios".
La Consecuencia de No Orar
A estos hombres San Alfonso les dice una palabra muy dura: "Quien no reza, quien deja de rezar, no debe ser condenado, porque ya está condenado". Aún cuando no perdamos nunca la esperanza de salvación para estos hombres, sin embargo sentimos que la oración es absolutamente necesaria para un cristiano.
La Oración como Amor
La oración no es solo una acción exterior, sino un amor profundo y maduro hacia Dios. Y a medida que el amor se vuelva más profundo, menos necesita de gestos y palabras, para expresarse.